miércoles, 18 de febrero de 2009

De lo análogo a lo digital

Es evidente que desde cuando éramos pequeños hasta hoy muchas cosas han cambiado en lo que respecta la tecnología. En todos lados vemos que lo más nuevo es lo digital. ¡Cámbiate a cablevisión digital! ¡Compre su cámara digital! etc.



Pero más allá de que ahora al tomar una foto la podemos ver inmediatamente en una pantallita o que ahora la televisión la monitoreas desde una cajita en vez de utilizar las antenas, ¿qué es lo que realmente entendemos por digital? Del modo más sencillo y como yo lo entiendo, dgital se refiere a que el amacenamiento de datos se hace a través de números. Especialmente utilizanto unos (1) y ceros (0)

digital landscape por waynemah.




Una idea que va de la mano con lo digital es la inmediatez y la cercanía. Cuando estamos en un chat por medio de internet no sólo enviamos los mensajes de manera instantánea sino que los intercambiamos con cualquier persona del mundo que tenga acceso a una computadora e internet. Si pensamos en hacer lo mismo con un texto escrito a mano o impreso resulta muy difícil. Sería necesario hacer un enorme número de copias y luego distribuirlas alrededor del mundo por medio del correo. ¿Suena práctico esto? Con el internet tenemos la posibilidad de publicar un texto y sin ningún esfuerzo permitir que cualquier otra persona lo lea. Será exactamente el mismo, no una copia. Y, por si fuera poco, ¡lo podrán leer tantas personas quieran al mismo tiempo!

Es sorprendente ver cómo cada vez nos acostumbramos más a esta situación, la damos por hecho. Los niños ya comienzan a tomar clases de computación en 3° de primaria, lo más básico, pero aún así se considera como parte de sus vidas.

Aún así estemos de acuerdo en que lo análogo no desaparecerá (al menos mientras yo viva). Como ya lo decía el profesor con un tono irónico: "con cada artefacto digital que compramos, siempre viene un manual análogo que nos explica cómo utilizarlo."

lunes, 16 de febrero de 2009

Quien no lee se queda atrás

Según Giovanni Sartori en su libro Homo videns, el hombre se diferencia del resto de los seres vivos por su capacidad de comunicar. El hombre reflexiona. Para comunicar sus reflexiones ha desarrollado una serie de herramientas que se lo permite, entre ellas: la escritura.


Gracias al desarrollo tecnológico se ha creado la imprenta que posibilitó la impresión de miles de libros en muy poco tiempo; esto permitió que cada vez se produjeran más y que la lectura se volviera parte del ser humano. Sin embargo, el avance no se detuvo ahí sino que siguió hasta desarrollar el radio, el telégrafo, el teléfono, la televisión, la computadora y hoy el internet. De este modo los libros fueron quedando en un segundo plano.


En la actualidad nos gusta obtener todo más rápido, hablamos por teléfono para obtener una respuesta inmediata de la otra persona, y el correo ha quedado atrás con el e-mail. Por lo tanto la lectura también se ha pospuesto. Si queremos enterarnos de noticias es más fácil encender la televisión para que inmediatamente nos digan lo que sucedió e incluso nos lo muestren con videos e imágenes. Tomar el periódico y buscar las noticias parece ya demasiado trabajo. Esta situación preocupa a Sartori ya que cree que la lectura está desapareciendo.


En mi opinión, es imposible que la lectura desaparezca. Tan sencillo como que en la televisión también tenemos que leer, los comerciales cuentan con texto así como la programación y más importante; los subtítulos. Claro que existen los doblajes pero jamás será lo mismo que ver un programa o película es su idioma original. Los subtítulos incluso permites que haya espacios (como el gimnasio por ejemplo) donde se mantiene el televisor encendido pero sin volumen y gracias a los subtítulos podemos entender perfectamente lo que sucede. No sería tan fácil si se elimina el sonido y no la imagen o viceversa. También en la computadora leemos muchos sin darnos cuenta ya que los textos suelen ser cortos pero leemos varios. O los adictivos sms, es puro escribir y leer. A final de cuentas quien no lee se queda atrás
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Image Preview
Claro que hay que reconocer que la televisión ha invadido los hogares, los niños no sólo pierden el interés en leer sino que ya no son creativos. No inventan juegos nuevos, sino que se limitar a sentarse frente al aparato o a jugar o que vieron en sus programas favoritos (spiderman, superman, power rangers...). ¿Quién es aquí el culpable? Yo insisto que los padres flojos o trabajadores. Digo flojos a los que prefieren tener al niño tranquilo sentado frente al televisor durante horas en ves de ocuparse de él y proponerle otras opciones. Trabajadores en el caso de que no están nunca en casa y dejan a los hijos al cuidado de la señora de la limpieza o algún familiar que tampoco tiene tiempo para ellos.
http://sepiensa.org.mx/contenidos/2005/d_transtornos/img/nino-viendo-tv.jpg


Yo tuve suerte, cuando era chica, mi mamá trabajaba por la mañana en un kinder y mi papá por la noche en un bar así que siempre los tuve a los dos todo el día en casa. Esto les permitió monitorear el tiempo que mi hermana y yo veíamos la tele, diaro teníamos permiso de ver media hora. La verdad, no era fácil muchos de mis amigos la veían todo el día y se sabían todas las caricaturas mientras que yo me quedaba fiel a Los Simpsons (hasta hoy mi favorito). Muchas veces los fines de semana me recuperaba, especialmente porque me levantaba muy temprano o porque mis papás salían así que rápido corría a la tele. Es obvio que no es fácil, actualmente sí bastante televisión (dos horas diarias durante la semana y en los fines de semana más) siempre y cuando las tareas y actividades extracurricuares me lo permitan.
La eterna pregunta es ahora, ¿van a desaparecer los libros? Yo digo que no, aunque la computadora y la televisión absorben gran parte de nuestro tiempo ninguna de estas opciones nos brinda lo que un libro. La opción de imaginar un personaje de quien sólo nos dan un perfil e incluso imaginar un mundo entero. La televisión impone la imagen, el libro nos da mucha más libertad. Quien pueda vivir la experiencia de sumergirse en la lectura de un buen libro, rápidamente se dará cuenta de que no hay medio que lo reemplace (actualmente).

Quien quiere leer lee


Lo primero que nos afirma Monsiváis en su texto De los libros es que lee menos. No lo dudé ni un segundo, en mi círculo de amigos casi nadie lee. Es muy interesante que ahora que estamos en la universidad mis compañeros de la prepa me cuentan que les cuesta mucho leer y culpan que en el colegio nunca nos motivaron a hacerlo. Para mí eso es extraño porque disfruto mucho la lectura y hubieron varios libros que tuve que leer en el colegio que me gustaron mucho desde los clásicos griegos hasta los latinoamericanos como Carlos fuentes y Gabriel García Márquez (mi favorito).

Librero por Janis Buendía.


Aunque tengo que admitir que no todos tienen la oportunidad que yo he tenido de acercarse a la lectura. Para empezar mi casa está repleta de libros, tenemos un librero principal de 7 pisos que cuenta con literatura de diferentes idiomas y países y además en la recámara de cada quien, de mi papá, de mi hermana, de mi mamá y mía, contamos con un librero personal igual de atascado (y obvio cada libro ha sido leído). Desde pequeña recuerdo que me gustaba buscar libros que tuvieran muchas imágenes para hojearlos. Y además cada noche, antes de dormir, me leían un cuento. A veces eran lecturas cortas de cuentos rusos, y en otras ocasiones (ya más grande) me leían libros que leíamos durante varias semanas hasta terminarlos. Los libros y ver gente leyendo es algo acostumbrado para mí.

Aún con este entorno me di cuenta de que no era suficiente porque había libros que me parecían muy aburridos y eso me hizo creer que no me gustaba leer. Fue más adelante que noté que mi pasión eran las novelas. Ni modo me gusta el mundo fantástico. Y me gusta tanto que cada vez que termino un buen buen libro, casi hasta me dan ganas de llorar porque es hora de despedirme de los personajes que me acompañaron durante la lectura.

Otro problema con lo que mis compañeros se encuentran es que lo libros son muy caros. A veces quiero que vayamos al cine y me dicen que no es posible debido a que no tienen ni un quinto porque tuvieron que comprar los nuevos libros para la carrera de medicina, arquitectura o matemáticas. Claramente los libros que tratan de ciencias o arte son mucho más caros que las novelas. Los precios realmente son un problema, ¿cómo se puede motivar a una población tercermundista a leer cuando no les alcanza ni para comer?
Otro bloqueador de la lectura es la televisión. El problema es que a ella todos tienen acceso y se requiere de un mínimo esfuerzo y preparación. Al tratarse de imágenes audiovisuales no tenemos que procesar la información sino simplemente absorberla. A demás es muy fácil ver la televisión y hacer otras cosas a la vez. Hay hogares donde nunca se apaga; comen mientras ven televisión, hacen tarea mientras sigue encendida e incluso hay quienes dicen que no pueden dormir sin la tele prendida. ¡Es el colmo!
Aún así hay ocasiones en que a partir de un programa de televisión o una película la gente acude a los libros. Por ejemplo ahora está de moda Crepúsculo y me da mucho gusto haberme encontrado con varios casos de jóvenes que a partir de la película han comenzado a leer la serie de libros que corresponden, y aún más me emciona que siempre comentan que el libro es muuuucho mejor. Lo mismo sucede por ejemplo con Harry Potter. Así que en realidad quien quiere leer lee.
http://www.greenpeace.org/raw/image_big_teaser/espana/photosvideos/photos/portada-del-libro-harry-potte.jpg