lunes, 23 de marzo de 2009

Cuerpo del libro


Así como nosotros nos podemos considerar diseñados por la combinación del ADN de nuestros padres, los libros cuentan también con un padre diseñador. Él será quien elige el tamaño de la letra, la tipografía, los márgenes, las ilustraciones, etc.
Parte de la tarea del diseñador es tomar en cuenta no sólo la belleza del libro sino también que sea práctico tanto física como económicamente. Tiene que estar familiarizado con técnicas de diseño, encuadernación , impresión y composición.
Antes de mandar un libro a la impresión es básico calcular el tamaño que tendrá, esto se puede hacer contando el número de palabras que contiene en total. Ahora la computadora nos dice el número de caracteres con sólo hacer "click" pero no siempre es posible tener el manuscrito en la computadora (rara vez de hecho) por esto la manera más sencilla de contar palabras será contando cuántas caben en una línea y multiplicarlas por renglón y número de páginas. Nada demasiado complicado.
Pocas veces cuando leemos un libro nos detenemos a pensar en su diseño. Sin embargo, el diseñador toma en cuenta cómo escribirá los subtítulos, si dejará hojas en blanco, los márgenes, si el texto va centrado o justificado, y mil detallitos más que aunque no pensemos en ellos, son básicos.
El diseño de la portada es una parte muy importante. En mi caso, he elegido muchos libros sólo porque me gustó la portada. A veces entras a la librería por un libro y no puedes evitar mirar los demás, si te atrae la portada de alguno te acercarás a ver de que trata. Como en todas las cosas, hay veces que lo que está por dentro no basta si por fuera no atrae.
Por lo mismo cuando se hacen nuevas ediciones de un mismo texto van cambiando las portadas. Para atraer nuevamente al lector aunque se trate ya de una lectura clásica.



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